miércoles, 20 de abril de 2011

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Después de dos días nos llevaron de montería. Cuando se hizo de noche hicieron una fogata para mantenernos calientes. Me di cuenta de que una prosecion de carros se aproximaba. En el último carro venía una extraña ninfa con la cara desgarrada que decía ser Merlín que se conmovió al ver a Dulcinea convertida en una simple campesina y dijo que la única forma en que volviera a ser tan bella como antes era que me diera tres mil trescientos azotes. Sancho le dije a Don Quijote que no pensaba darselos ya que Sancho no tenía la más mínima intención de que Dulcinea volviera a la normalidad y que si Don Quijote era el que quería eso que mejor se los diera él. El Duque le dijo a sancho que si no se los daba no le daria la isla. Sancho, al oir eso, acepto pero que debia decidir cuando se daria los golpes. Al día siguiente Sancho le conto a la Duquesa que se había dado unas cuantas palmadas en la espalda ya que no creia que era justo que se azotara para que otros reciban la recompensa. La Duquesa le dijo que tenía que buscar otra método para golpearse porque darse unas palmadas no sirve. Después nos fuimos al jardín a comer y mientras comíamos vimos que se acercaba un hombre que se hacia llamar Trifaldin escudero de la condesa Trifaldi. Él decía que la condesa estaba afuera y que quería hablar con Don Quijote porque lo necesitaba por temas caballerescos. El Duque y Don Quijote accedieron a que entrara y esperaron a que llegara.

sábado, 16 de abril de 2011

...33

Antes de que llegáramos a la venta los duques se adelantaron para decirles a todos como debían tratar a Don Quijote. Al llegar a la venta Don Quijote se dio cuenta de los famosa que era porque todos lo trataban como a un caballero, pero no se dio cuenta de que le estaban tomando del pelo. Cuando las doncellas le quitaron la armadura nos sentamos a comer y hubo una discusión entre el Duque y Don Quijote acerca de quién debía presidir la mesa y al final fue Don Quijote. En ese momento Sancho conto una historia que avergonzó a Don Quijote porque era el que presidia la mesa y antes de que Don Quijote hiciera algo la Duquesa le preguntó sobre Dulcinea. En ese momento el cura que estaba sentado con nosotros reconoció a Don Quijote y lo empezó a insultar diciéndole que se regresara a su casa y dejara de hacer el ridículo. Don Quijote al ver quién lo insultaba era un cura le contradijo dando un discurso sobre los caballeros. Luego el cura le preguntó a Sancho que si el era Sancho Panza y le respondio con refranes. En ese momento el Duque le dijo que le iba a dar la isla que Don Quijote le había prometido y se puso muy feliz. . Después de cenar llegaron unas doncellas que le empezaron a lavar la cara a Don Quijote y al poco tiempo fingieron que se quedaban sin agua y así fue cuando le hicieron la primera broma y los duques para que Don Quijote no se diera cuenta también se lavaron la cara. Luego se retiraron la Duquesa y Don Quijote y ella le preguntó a Don Quijote si Dulcinea en verdad existía. Cuando Don Quijote se acostó la Duquesa y sus doncellas se quedaron hablando con Sancho y les conto que nunca vio a Dulcinea que le mintio a Don Quijote diciendo que las tres campesinas estaban encantadas y que una de ellas era Dulcinea. La Duquesa le dijo que no era mentira que todo lo que le conté era verdad y que una de ellas si era Dulcinea.

jueves, 14 de abril de 2011

...30

Ese tal maese nos hizo una hisstoria en donde don Gaiferos liberaba a su esposa. Don Quijote intervino muchas veces para explicar lo que estaba pasando y en una de sus locuras destrozó a los muñecos de Maese Pedro porque pensó que eran moros que perseguían a los buenos de la historia del titiritero y dándose cuenta de su error dijo que fue por culpa de los encantadores. El Maese Pedro era en realidad Ginés de Pasamonte que se había convertido en titiritero y que antes de entrar a la venta reconoció a don Quijote y así se ganó la confianza de los demás. Cuando íbamos saliendo encontramos al grupo de hombres que andaban buscando a los que les hacían burla, pero don Quijote les dio 4 razones para lo que debían pelear. Salimos corriendo.

Cuando nos dimos cuenta que no nos estaban siguiendo nos detuvimos. Sancho empezo a reprocharle a Don Quijote que nunca había visto a un caballero hacerse para atrás mientras apaleaban a su escudero. Seguimos nuestro camino para más tarde llegar a una alameda y pasar la noche. En el camino Sancho dijo que yo mejor me regresaba a la casa porque él no me pagaba lo prometido. Cuando Don Quijote escuchó esto empezó a decir que Sancho era un asno y que eso nunca iba a cambiar, que lo único que podía hacer era admitir lo bestia que era Llegamos a la alameda y pasamos ahí la noche. Al día siguiente continuamos nuestro camino a Zaragoza. A los dos días llegamos a la orilla del río Ebro donde Don Quijote creyó que había una nueva aventura y que debíamos montarnos en un bote que había en la orilla para salvar a un caballero, pero yo le dije que no podíamos porque ese bote era de unos pescadores, pero no me hizo caso y nos montamos. Una corriente nos llevó a unas aceñas que había en la mitad del río y los molineros viendo que nos íbamos por ahí nos tiraron del bote con unos palos y luego fueron detrás de nosotros para no ahogarnos. Luego le pidieron a Don Quijote que les pagase los daños y él les dijo que hasta que liberaran a el caballero y los molineros no entendiendo me pidieron el dinero a mí y se los di sin ningún problema. Nos dimos cuenta que esta aventura era para otros caballeros y continuamos nuestro camino hacia Zaragoza. Al día siguiente en el camino encontramos a una Duquesa y a un Duque a los cuales Don Quijote les dijo que les serviría si hiciera falta. Ellos reconocieron a Don Quijote ya que habían leído sobre él. Luego los acompañamos hacia su castillo.