
Después de todo, nos devolvimos en busca de mi amo, Don Quijote. Otra vez llevar semejante peso sobre mi espalda.. pero no me queda de otra mas que aguantarme a Sancho. Nunca me he cansado tanto, pero por fin encontramos a mi amo. Lo primero que hice después de que sancho se bajara de mi fue echarme al piso a descansar mientras Sancho y Quijote hablaban.
Nos encontramos con una llamada princesa Micomicona la cual ya se me hacía conocida. Esta le asigno una tarea a mi amo, matar a un gigante. Por desgracia, Sancho me puso unas cosas en cima y tuvimos que seguir a la tal princesa. Nuevamente nos topamos al cura, al barbero y a Cardenio. El cura le contó a mi amo que unos galeotes los habían robado, y resultó que estos galeotes eran los mismos que liberó el loco de mi amo hace un tiempo atrás.
Muy bien!!! Pobre Rocinante, está cansado
ResponderEliminar