viernes, 16 de abril de 2010

En busca de un escudero.


Partimos de la venta y nos dirigimos hacia nuestro pueblo. Como ya Don Quijote venía armado, solo le faltaba une escudero que lo acompañara a sus aventuras. Y por su puesto un escudero tiene que tener como movilizarse, eso significa compañía para mi.

De camino hacia nuestro hogar escuchamos unos gritos. Gritos muy extraños, y decidimos ir a echar un vistazo. Resulto que había un señor pegándole a un chiquito, lo cual me pareció muy grosero de su parte. Don Quijote hizo su primera hazaña heroica y logro hacer que le dejara de pegar.

Siguiendo por el camino nos encontramos a dos mercaderes. Don Quijote les habló de Dulcinea, pero ellos se burlaron y mi amo quiso atacar. Por desgracia yo no estaba preparado por estar desconcentrado viendo los campos entonces tropecé. Nos caímos al igual que todas las armas, y ellos destruyeron la lanza. Esto me pareció muy vergonzoso, pero después de un tiempo se fueron.

No cabe más que levantarnos, avergonzados y seguir con nuestro camino hacia el pueblo en busca de un escudero. Trataré de compensar a mi amo por el grabe error que cometí, no se como pero lo haré...

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