jueves, 15 de abril de 2010

Don Quijote.. empieza con sus locuras.


Yo soy Rocinante, el caballo inseparable de Don Quijote de la Mancha. Desde que se le metió en la cabeza esto de los caballeros andantes, no me ha dejado en paz. Un día de estos, desde donde este señor me tenia amarrado podía verlo por la ventana. Como de costumbre mi amo leía. Ha pasado tan involucrado con estos libros de caballería que se ha olvidado de mi, su caballo. He pasado hambres aquí amarrado, porque el no se da cuenta de que existo y no me da comida por andar leyendo y comprando esos libros de caballería.

Don Quijote me había comprado hace un año, de un famoso herrero de nuestro pueblo. Finalmente se dio cuenta de que existo cuando termino su último libro, y no tenia mas que leer. Se le ha ocurrido la idea mas loca que ha tenido en su vida. El viejito este se le ocurrió hacerse un caballero andante, y desde luego, no hay caballero andante sin un caballo. No comprendo cómo se le ocurrió eso, pero bueno, ya no queda de otra mas que aguantármelo en mi espalda… y aunque el sea alto pero flaco el pesa mucho. Esta última semana ha pasado limpiando sus armaduras y espadas. También me saco a dar una vuelta para entrenar, ¡ y vaya que quedé cansado! Al igual que el se hace viejo, nosotros los caballos también nos hacemos viejos.

Finalmente estamos casi listos para iniciar nuestra gran aventura, pero confieso tener miedo de lo que pueda pasar. Faltan un par de cosas por definir antes de partir. A Don Quijote, desde luego le hace falta una bella doncella de la cual se pueda enamorar y por supuesto a mi me hace falta una bella yegua de la cual enamorarme también. Quijote esta tan loco que habla solo, pero me cuesta entenderle por ser un caballo y porque habla muy rápido asi que no estoy seguro si ya mi amo tiene en mente a alguna doncella. Veremos que pasa.

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